De esta manera yo te recordaba Citlali, y al recordarte cruzaba por el cielo tu sonrisa perdida en algún lejano día de abril.
Entonces, como para sentirte cerca, se me dio por escribirte, y así empezó esta historia de poemas y canciones que fui coleccionando para ti, con la tenue pero certera esperanza de que un día pudiera deshacerme de ellos, cuando te encontrase de vuelta por mi camino.
Siempre tuve el presentimiento de que alguna vez volvimos a cruzar nuestros caminos, quizás a la vuelta de alguna esquina, sin reparar en que ya nos habíamos visto antes, con la mirada perdida en el horizonte, o tal vez en alguna tarde donde tú caminabas por la acera y yo pase a tu lado sin saberlo.
Pero no nos reconocimos.
Olvidaba decirte que te pienso a diario...
Que incluso en mis sueños, aún no me atrevo a decirte que te amo, porque no me atrevo, porque soy tímido desde mis primeros años, por que no le creerías a un extraño, por que las historias de amor no existen en la vida real y sólo forman parte de libros arrumbados en algún armario.
De esta manera yo te recordaba Citlali, tratando de conversar con tu ausencia, conociéndote aún más que si fuésemos amigos, y tú... sin saber que en algún sitio un desconocido te escribe historias que nunca has leído.
Entonces, como para sentirte cerca, se me dio por escribirte, y así empezó esta historia de poemas y canciones que fui coleccionando para ti, con la tenue pero certera esperanza de que un día pudiera deshacerme de ellos, cuando te encontrase de vuelta por mi camino.
Siempre tuve el presentimiento de que alguna vez volvimos a cruzar nuestros caminos, quizás a la vuelta de alguna esquina, sin reparar en que ya nos habíamos visto antes, con la mirada perdida en el horizonte, o tal vez en alguna tarde donde tú caminabas por la acera y yo pase a tu lado sin saberlo.
Pero no nos reconocimos.
Olvidaba decirte que te pienso a diario...
Que incluso en mis sueños, aún no me atrevo a decirte que te amo, porque no me atrevo, porque soy tímido desde mis primeros años, por que no le creerías a un extraño, por que las historias de amor no existen en la vida real y sólo forman parte de libros arrumbados en algún armario.
De esta manera yo te recordaba Citlali, tratando de conversar con tu ausencia, conociéndote aún más que si fuésemos amigos, y tú... sin saber que en algún sitio un desconocido te escribe historias que nunca has leído.
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